Paranoia
Estoy aburridísimo de estar encerrado aquí, más ahora que el piso se ha puesto frío y duro (nunca volvió a su estado original desde lo que pasó la otra vez, así como tampoco la pared...ni mi cabeza). Lo peor del aburrimiento es que uno no puede hacer nada salvo pensar, y piensa puras tonterías.
Me cansé de sentirme observado y traspasado por los ojos y pensamientos de alguien a quien no conozco, y que encima no se va a dejar conocer. Por lo tanto, empecé a ejercitarme en la ruptura de la conexión que tenemos. No es tan fácil como uno podría creer en primera instancia. Cuando hace algo que la pone a pensar, me entra la sensación de que se abrió una ventana y que puedo salir. Mi voz suena más fuerte, ella contesta de una manera menos brusca e incluso ha llegado a elogiar mis consejos a través de la puerta blindada.
Ahhh...
Si ella me encerró aquí quiere decir que quería alejarme de algún punto de su conciencia, no veo otro motivo. Aún así, esta cajita no es tan impermeable como ella habría querido, y la conexión no se rompió. Pero está logrando algo que seguramente su cabeza no llegó a razonar, pero quizás sí a intuir: estoy queriendo cortar nuestro lazo. No le da la imaginación para tales planes macabros, profundos y a largo plazo; pero cuando se le da la oportunidad la toma.
Felicidades niña, estás logrando lo que querías. Sólo espera un poco más.
Realmente el miedo a la soledad latente es un gran estorbo para los propósitos de ambos...¿no crees?
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