Sácame...

Estaba durmiendo tranquilo, pero un fuerte remezón me despertó. Abrí los ojos y aún así no veía nada... mi mente se llenó de susurros... alguien del exterior la estaba colapsando, pude sentirlo en mí... empecé a dar vueltas en el suelo, aún sin poder ver.
"A ese viejo yo, lo maté" "No quiero recordar"...
"Basta, basta!!! Por favor detente... sientes tan profundamente, que en su intento por alcanzarte ella está recurriendo a mí...pero me duele, ¿entiendes? ¡me duele! "
Me he puesto de rodillas... agarro mi cabeza con mis manos, la sacudo para no oir, pero ante mis ojos bailan las palabras. Ella sabe que dentro de esta caja blanca estoy yo, y que puedo salir en un momento así, en que ella me usa para entender, para alcanzar. Pero ella no quiere dejarme salir tampoco, se ha puesto a sujetar la puerta mientras yo doy vueltas como un loco...
Inconscientemente estiro mis brazos hacia el cielo de ésta, mi prisión...
"Por favor... sé tú quien me saque"
De pronto para. Todo vuelve a la normalidad. Se ha callado y siento un silencio sepulcral. Algo se ha roto en ella... siento que algo cae afuera, un sonido metálico. Los pasos de ella se acercan a mi puerta, y veo su sombra debajo de la puerta. Al parecer recoge algo...sí. La oigo martillar. Se había caído el letrero de mi puerta.
Y yo sigo tendido boca arriba mirando el techo. Me ha quedado en los labios el nombre de quien debiera sacarme, y los ojos aún pegados en la nada.
"Sácame...sácame...sácame..." ...un eco casi sin vida. Entiendo que yo soy el yo que ella está escondiendo. Quizás soy el que dio por muerto...¿o habrá otro? Uno peor. Mi mano hace un movimiento involuntario, un temblor... y luego se cierra en un puño que golpea duramente el suelo en que estoy tendido. De pronto ha dejado de ser el suave colchón blanco de manicomio, y está frío.
El golpe aún resuena a través de este reducido lugar, escondiendo mi susurro.

"Sácame de aquí..."