Terrible
Le dije que era patético oirla quejarse sobre su suerte y no me escucha. Es decir, no me hace caso, porque de que me oye, lo hace. Le dije: oye! la que está a tu lado te lo ha dicho recién; perdiste una batalla pero no la guerra.
Pero ella no, no... mi suerte. No, nunca más haré nada así, de improviso. Dejé de creer en las casualidades, en las cosas telenovelescas, en los milagros y demases. Bah, que importa! a la shit con todo.
Insisto en subirle el ánimo casi en vano, y nada más que porque no tengo más hobbies aquí en este lugar. Igual, temo agarrarle cariño. Hace poco se enteró que existo (antes solo me oía), así que nuestra relación era simple: ella propone, yo apruebo. Pero ahora...
Por ejemplo, hoy tuvo uno de esos lapsus en que su mente queda en blanco, sé que estaba cansada (lo sentí yo también), justo después de los episodios que intenté ver por debajo de la puerta. Fue tan fuerte la sensación de oscuridad que le dio, que incluso yo pude divisar la imagen de la persona que la tenía así, vaya! si hasta puedo acordarme de sus facciones. La vi moverse, reírse, sonar como un eco terrorífico. Me dieron deseos de llorar, así que empecé a pegarle en la puerta para que dejara de mostrarme eso, que para nada era tan terrible como para provocarme tal aflicción.
Está más que claro que de sus ojos no asomó una lágrima, pero la carga de pesadumbre...me la llevé yo. Como siempre.
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