25 junio, 2007

Hola...

Me acaban de traer. Realmente no sé por qué no me sueltan, de todas maneras aquí no hay nada que romper. Quizás tienen miedo que me coma las paredes de espumita blanca...
Han cerrado con llave. Era una mujer, lo sé. Me encerró aquí para que no haga escándalo pero a mí me da igual. Me pueden tener enclaustrado, pero no por eso dejaré de pensar. A lo mejor le estorbo...
Bueno, yo no le pedí existir. Ahora no me puede detener, y me trajo a esta sala con el número 9 en la puerta. Supongo que estoy en mi nueva casa.
Bienvenido sea yo. No, perdón. Superyo.

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